Receta de la abuela.
Se escogen los membrillos sanos y maduros, se pelan y cortan en cuartos y se les quita el corazón. Los echamos en un barreño con agua fría y zumo de limón. Después se ponen a cocer en un caldero con agua hirviendo hasta que estén tiernos (se pinchan con una aguja de tejer). Los sacamos y dejamos escurrir. Se pasan por el pasapurés hasta conseguir una pasta fina.
Ponemos igual cantidad de pasta que de azúcar y se deja cocer a fuego lento, removiendo con una cuchara de madera para que no se pegue. Cuando esté consistente (lo sabremos cuando al cogerlo con los dedos índice y pulgar, si apretamos y después separamos, chasca y ofrece resistencia), se echa en un molde y se deja enfriar.
sencillo y delicioso. A mi me gusta con queso, fresco o manchego, rico rico
ResponderEliminarQue rico y que de tiempo hace que no lo hago en casa,o lo como. Para mi con requesón o queso fresco!!.
ResponderEliminarBesinessss
Hola, Sonia! Me alegro mucho de volver a verte por aquí, espero que todo vaya bien. Un besazo!!!!
ResponderEliminar¡Que rico!
ResponderEliminarpues yo apenas lo hacía hasta que descubri una nueva formula más fácil de hacer.
Te comparto mi hallazgo que es la caña:
http://depostres.blogspot.com.es/2014/10/dulce-de-membrillo-hecho-facil.html
Besitos.
además de verdad!! recetita típica de la abuela, que no puede faltar en ninguna cocina ;) te ha quedado con una pinta increíble. Me quedo por tu blog, bss
ResponderEliminarLa carne de Membrillo es maravillosa para disfrutar de postre, y lo podemos comer en la cama, pero precaución con la funda nórdica, que luego la tenemos que lavar
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